Harry Houdini
Una excelente historia que cuenta uno de los tantos casos que el famoso escapista Harry Houdini examinó al final de su carrera en su afán de desenmascarar a mediums y dotados de poderes paranormales. En esta oportunidad, un español llamado Joaquín María Argamasilla alegaba tener la capacidad de ver a través de los metales, con una mirada similar a los rayos x; demostrándolo por medio de algunas pruebas de adivinación.
Antes que Superman, hubo un noble español con visión de rayos X. Se llamaba Joaquín María Argamasilla de la Cerda y Elio, y viajó a Nueva York en los años 20 del siglo pasado para demostrar sus poderes ante el ilusionista Harry Houdini. «Ha venido a este país a convencer a los científicos de que puede ver a través del oro, la plata, el cobre y otros metales, e hizo su primera demostración antes de una reunión ayer en el hotel Pennsylvania», decía el 7 de mayo de 1924 ‘The New York Times’ en su tercera página. Houdini no creía que el español, de 19 años, tuviera «visión supranormal».Joaquín Argamasilla nació en Madrid el 4 de abril de 1905 y murió en 1985. Cuando se revelaron sus habilidades sobrenaturales, su padre, el décimo marqués de Santa Cara, presidía la Sociedad Española de Estudios Metapsíquicos, que era como se llamaba entonces a la parapsicología. Según Houdini, el joven llegó a Estados Unidos con cartas de presentación del Nobel de Medicina francés Charles Richet -quien había acuñado el término ‘metapsíquica’-, del investigador psíquico galo Gustav Geley y de destacados científicos españoles que aseguraban que Argamasilla «había superado todas las pruebas y había demostrado concluyentemente a su satisfacción que podía leer a través de metal».
Tras la muerte de su madre en 1913, el mago estadounidense se había volcado en el desenmascaramiento de mediums y dotados de poderes paranormales. Acudía a sesiones espiritistas y a actuaciones de psíquicos para descubrir los trucos con los que engañaban a la gente. Houdini narra sus peripecias en ese mundillo en libros como ‘Miracle mongers and their methods’ (Los traficantes de milagros y sus métodos, 1920) y ‘A magician among the spirits’ (Un mago entre los espíritus, 1924). Esa afición, que luego han seguido otros ilusionistas, acabó con la amistad que le unía a Arthur Conan Doyle, creador de Sherlock Holmes y devoto del espiritismo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario